FILM IS A DRUG contiene en primer lugar: visiones, reflexiones y opiniones personales sobre cinematografía, ningún análisis es copiado textualmente de otros sitios web, fuentes o reportajes.


#

viernes, diciembre 09, 2011

'El último brindis' y su único acto.

Antes de leer, presionar Play al siguiente link:  Escena del personaje 'La Reina de la Noche', Ópera 'La Flauta Mágica' (Die Zauberflöte) de Wolfgang Amadeus Mozart. 


(No existe ninguna relación entre ambas obras teatrales. Melodía utilizada solamente como música incidental (de fondo) en el desarrollo de "El último Brindis". )






(EL JARDIN DE UNA CASA DE FAMILIA ADINERADA. EN EL HAY UNA MESA CON MANTEL, DOS SILLAS, UN CHAMPAGNE Y DOS COPAS. ENTRAN ELLA Y EL ELEGANTEMENTE VESTIDOS).


EL
Eres la mujer más ocurrente del mundo. A quién se le ocurre ponerse a beber en el jardín, y para colmo así, vestidos como para ir al teatro.

ELLA
¿Y por qué no? Todos somos actores en la vida. Claro que algunos resultamos buenos comediantes, otros pésimos actores; y también están los equivocados, a los que les toca vivir un libreto bastante mediocre. ¿No me invitas a sentarme?

EL
Por supuesto, qué falta de delicadeza la mía, siéntate.

ELLA
Por ejemplo tú, eres un pésimo actor, Ricardo, todo se te olvida, eres como un partiquino en la comedia de la vida.

EL
La comedia de la vida como tu le llamas...

ELLA
(LO INTERRUMPE) ¿No me sirves una copa de champagne? Espero que sea francés.

EL
La mejor cosecha de la viña.

ELLA
Eso es lo que deseaba, beber un champagne de selección, junto a un marido que lejos de ser de selección, a veces se comporta como un mediocre.

EL
(SE PARA) Me estás ofendiendo, Dalia.

ELLA
(TRANQUILA) Siéntate, te digo que te sientes, recuerda que prometiste acceder esta noche a todos mis caprichos.

EL
Sí, pero de ahí al insulto...

ELLA
Siéntate. (MELOSA) Y ahora, mi viejo delfín, dime algo dulce.

EL
¿Cómo dices?

ELLA
Sí, quiero que me digas algo dulce, que me hables de amor como hace veinte años.

EL
¡Ah, ya caigo! Hoy cumplimos un aniversario de bodas, ¿verdad?

ELLA
Tal vez, o quizás algo mucho más importante todavía para una mujer como yo.

EL
¿Quieres decirme qué diablos sucede? Dímelo, bueno pero no entiendo por qué estás bebiendo esta noche.

ELLA
Veinte años a mi lado debieron ser suficientes para conocer mi manera de ser.

EL
Yo estoy muy ocupado en mis negocios para dedicarme a estudiar psicología femenina. No es mi fuerte.

ELLA
Dí más bien que es tu debilidad.

EL
Pero dime una cosa, ¿por qué esa agresividad de tu parte? ¿por qué esa manera de mirarme tan extraña? Por momentos tengo la sensación de ser un desconocido para ti.

ELLA
¿Quieres que te diga algo mi viejo delfín? ¡Lo eres!

EL
¿Cómo dices?

ELLA
(LEVANTA LA VOZ) ¡Que eres un desconocido para mí!

EL
¡No levantes la voz! La servidumbre no tiene por qué enterarse de tus ataques de histeria.

ELLA
¡No es histeria! ¡Es la terrible aceptación de una vida,! Mejor dicho, dos vidas sin sentido, tu vida y mi vida mi viejo delfín. Mejor brindemos.

EL
¿Y por qué vamos a brindar? ¿Por ti? ¿Por mí? ¿Por veinte años de intimidad?

ELLA
La intimidad entre dos desconocidos no es intimidad, es apenas un juego peligroso, ¿y sabes por qué? Porque uno de los dos puede cansarse de la comedia y entonces decide aceptar su propio drama.

EL
¿Drama has dicho?

ELLA
O su tragedia, da lo mismo.

EL
Sigo sin entender.

ELLA
¿Brindamos mi querido esposo?

EL
Por nuestro aniversario, ¿verdad?

ELLA
No.

EL
¿Tu cumpleaños?

ELLA
Tampoco.

EL
Entonces, ¿por qué diablos vamos a brindar?

ELLA
Porque hoy hace exactamente un año que descubrí que me engañas con tu secretaria. Feliz aniversario amor mío. Te traje un regalito para celebrar trecientos sesenta y cinco días de traición y de mentira, trecientos sesenta y cinco noches de soledad para mi alma (SACA EL REVOLVER Y LE APUNTA).

EL
Oye, pero ¿qué haces? ¿Te has vuelto loca?

ELLA
Feliz aniversario amor mío. (DISPARA DOS VECES. SUELTA EL REVOLVER Y COMIENZA A REIR. LUEGO ESTA RISA SE CONVIERTE EN LLANTO. SE ACERCA AL CADAVER). Qué mal comediante fuiste siempre Ricardo. Ni siquiera aprendiste a morir con elegancia. Si al menos tuvieras una rosa en el ojal.


TELÓN